Mayo de 1995, el frío barre las primeras hojas de un otoño que se adelantó. Sobre una plataforma de la terminal de ómnibus de Retiro, Esteban Meloni, de18 años, toma su bolso y se va. No sabe bien qué va a hacer ese mismo día, aunque tiene claro que dejó su Bahía Blanca natal para convertirse en actor. Y eso es suficiente.
Su madre docente y su padre contador lo apoyaron en esa búsqueda de destino tan común en aquellos que saben que en su lugar de origen no podrán cumplirlos. El había realizado su parte del trato, tenía el título del secundario y ahora debía mostrar que estaba hecho para lucirse debajo de las spot lights.
Comenzó a estudiar teatro y la carrera de Imagen y Sonido de la UBA, pero su paso por los talleres de dramaturgia de Raúl Serrano, Julio Chávez y Helena Tritek lo convencieron aún más que lo suyo estaba arriba de las tablas.
- La vida del actor tiene altibajos, con momentos de mucho trabajo y otros repletos de incertidumbre, ¿cómo vivís ese aspecto de la profesión?
Es bastante desequilibrante y al mismo tiempo tiene su costado positivo. Te enseña a vivir el hoy, aquí y ahora con mayor intensidad y sobre todo te ejercita en "saber sobrevivir". Desarrollás un poder de ahorro y aprendés a vivir fuera de la rutina.
- ¿Cuál es el mayor miedo que te produce tu carrera?
Perder contacto con la realidad, saltearme momentos o afectos. Aislarme de alguna manera. Por eso trato de estar atento a que no me suceda. Si bien elijo este estilo de vida, no quiero perder de vista mis prioridades.
Fuente: Infobae
