La Selección de Sampaoli mostró una faceta parecida a la de los últimos tiempos: la Leo-dependencia. La Argentina fue más que Uruguay, que en el ST se dedicó a defender. El punto suma más que nada por las caídas de Chile y Ecuador y el empate de Colombia.
Fue otro cero a cero. Caliente por momentos, con algunas patadas típicas de clásico rioplatense. Pierna fuera y sobre todo a Messi, que se la bancó, que siempre la pidió, que encaró, que falló en la definición: en el final del PT en un mano a mano sucio y con un gran tiro libre que sacó Muslera, en el comienzo del ST. Hubo empate, un punto en Montevideo y a seguir remando en las Eliminatorias, por ahora en zona de Repechaje.Si suma este empate, es principalmente porque perdieron Chile y Ecuador y no ganó Colombia, porque se podía complicar más...
Arrancó oficialmente la era Sampaoli y la faceta, más allá del sistema, fue la de los últimos tiempos: dependencia extrema en lo que haga Messi. Y más cuando Di María tuvo una noche pobre, sin esa agresividad que muestra en el fútbol europeo. Dybala sólo participó en una pared con Messi y Mauro Icardi sólo pateó una vez al arco, entrando poco en juego.
¿Chances de gol? Sólo lo que hizo Leo, más allá de la cantidad de delanteros en cancha. Del lado de Uruguay hubo acercamientos, sólo en el PT con un error de Romero que después corrigió al tapar el rebote. La Selección fue mejor en el ST, ahí sí dominó, tuvo la pelota, jugó en campo rival, pero le faltó esa chispa para desnivelar,ese cambio de ritmo necesario para abrir a un rival cerradísimo. Fue monótono, no supo entrar.
Argentina lo intentó, aunque sin muchas ideas colectivas y con poca profundidad. Uruguay, en cambio, se fue casando con el empate: venía de tres caídas seguidas y prefirió esperar, no atacar, relegarse apostando a algún contragolpe, asegurarse al menos quedar arriba de la Selección en la tabla. La Celeste hizo su juego.
Quedan tres fechas, nueve puntos camino a Rusia 2018. Con Venezuela, el martes, ahí sí que no se puede empatar.