El año pasado hubo 1,46 mujeres asesinadas por cada 100.000 ciudadanas.Se registró un descenso de casos de 2015 a 2016, pero la tasa empeoró en 2017.
Antonia Fleita estaba en la esquina de su casa, en Colonia Santa Rosa, cuando llegó su expareja con un cuchillo de cocina. La autopsia diría que murió de 13 puñaladas. A Marianela Gracionis la encontraron enterrada al fondo de una vivienda del paraje Caraparí, donde, según los peritos, se había resistido a una violación. Brisa Goytia fue estrangulada en San Remo por su novio, que ya había empezado a cavar un pozo para esconder el cuerpo cuando llegó la Policía. Daniela Martínez murió ahorcada con un cable en Chicoana. Son algunos de los nombres de la lista de mujeres asesinadas en 2016, cuando Salta quedó como la séptima provincia con más femicidios por habitante, según un informe de la Corte Suprema de Justicia de la Nación publicado en las últimas horas.
El año pasado hubo 10 muertes por violencia de género, lo que implica una tasa de 1,46 casos por cada 100.000 mujeres que viven en la provincia. Jujuy, Mendoza, Chubut, Río Negro, Santa Cruz, Santiago del Estero y Entre Ríos, en ese orden, fueron las jurisdicciones que tuvieron más femicidios -en relación con la población- que Salta.
En 2015, con 15 muertes en total o 2,23 por cada 100.000 habitantes, la provincia había quedado como la tercera con más mujeres asesinadas, luego de Buenos Aires y Santa Fe, según el mismo informe de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia
El retroceso de casos entre 2015 y 2016, sin embargo, no se puede considerar como una tendencia: solo en los cinco primeros meses de 2017 mataron a 12 salteñas, cifra que ya supera a la de todo el año pasado.
"A priori uno puede pensar que hay una reacción del patriarcado frente a la inserción de las mujeres en ámbitos que hasta el momento eran pensados solo para los varones. Hay una sensación de la pérdida de poder y privilegios", dijo a El Tribuno Laura Cicone, asesora técnica del Observatorio Nacional de Violencia contra las Mujeres.
Consultada sobre los índices de ataques machistas, la especialista consideró que es fundamental pensar en respuestas integrales. "Habrá que ver la manera de implementar estrategias de seguridad, entendiendo a la seguridad no como una cuestión de fuerza policial sino en términos de garantizar derechos básicos, como el acceso al trabajo, la alimentación, la educación y la protección, para que las mujeres podamos ocupar los espacios públicos", afirmó Cicone, que participó en Salta de una capacitación sobre estrategias para registrar los índices de violencia de género esta semana.
Zulma Pedraza, miembro de la organización feminista "Las Juanas", destacó que son muchas las víctimas a nivel local que desconocen cómo acceder a los mecanismos de asistencia o se quejan de que el sistema es burocrático y lento.
"Se suma que Salta es una provincia que, desde lo cultural, tiene una figura de lo masculino que hay que deconstruir. A esto lo vamos a lograr con la educación, que es lo que planteamos todas las entidades que trabajamos con el tema", manifestó.
En el país hubo un total de 254 femicidios en 2016, lo que implica un ocho por ciento más que un año antes. Solo en 2016 asesinaron a las madres de 244 niños y adolescentes en el país.
Para Adriana Vicente, coordinadora del equipo del Observatorio Nacional de Violencia contra las Mujeres, "registrar de manera sistemática y organizada sirve para magnificar, cuantificar y tener datos confiables que nos permitan dar cuenta de cómo se manifiesta esta problemática en cada región".
La Declaración sobre el Femicidio, de 2008, define a este crimen como "la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal...".