Vive en un lote de su propiedad sin casa, enfermo y en estado de abandono.
Vivir solo cuando se llega a la ancianidad sin dudas es un problema. No tener una vivienda digna agrava la situación. Y si a eso se le suma la miseria, una montaña de chatarra y cartones prensados, el cuadro es devastador.
La historia de don Luciano Caliva, 75 años, pasó de la soledad a la tragedia el lunes, cuando en el lote que habita desde siempre, siempre solo, se inició un incendio de grandes proporciones y por causas todavía desconocidas.
Alertados por los vecinos, los bomberos llegaron al lugar en pocos minutos pero se encontraron con una cuadro indescriptible: basura, chatarra, cartón prensado acumulado por toneladas en el lote, donde no existe una vivienda ni siquiera una tapera, hicieron imposible que irrumpan en la propiedad por el frente para salvar a su único morador.
Lo hicieron por la casa de un vecino y tuvieron que luchar unas seis horas hasta controlar todos los focos ígneos que se iban reproduciendo sin solución de continuidad.
En medio de la lucha contra el tiempo para salvar a don Luciano, se dieron con la negativa de este a abandonar lo que llama su “casa” hasta que lograron reducirlo y ponerlo a buen resguardo en el hospital Joaquín Castellanos.
Los bomberos descubrieron que, además de no contar con ningún servicio, Caliva presentaba una importante herida en una pierna. sin cicatrizar y visiblemente infeccionada.
Ya superada la emergencia, los vecinos contaron que don Luciano siempre vivió solo, no se conoció pareja y se sabe que tendría un hijo viviendo probablemente en Jujuy.
También relataron que de joven fue albañil y que es posible que viva actualmente de una pensión o jubilación.
Pero eso no les preocupa demasiado. Lo que sí mantiene en vilo al vecindario de calle Jujuy al 1400 es la cantidad impresionante de chatarra y cartón que Caliva fue acopiando en su lote, nadie sabe con qué fines.
Y recordaron, además, que durante las campañas de descacharrado organizadas desde la comuna para combatir el dengue, el cavilante y solitario vecino se negó a dejar a ingresar a los obreros de limpieza, amenazando incluso con quitarse la vida si le sacaban alguna de sus pertenencias.
Así, las cosas, los mismos vecinos elevaron hace un tiempo una nota a la Municipalidad para que tome cartas en el asunto, pero desde la comuna advirtieron que al ser una propiedad privada había que darle intervención a la Justicia.
En esos trámites se debatían los vecinos cuando el unes se desató el incendio.
La historia de don Luciano Caliva, 75 años, pasó de la soledad a la tragedia el lunes, cuando en el lote que habita desde siempre, siempre solo, se inició un incendio de grandes proporciones y por causas todavía desconocidas.
Alertados por los vecinos, los bomberos llegaron al lugar en pocos minutos pero se encontraron con una cuadro indescriptible: basura, chatarra, cartón prensado acumulado por toneladas en el lote, donde no existe una vivienda ni siquiera una tapera, hicieron imposible que irrumpan en la propiedad por el frente para salvar a su único morador.
Lo hicieron por la casa de un vecino y tuvieron que luchar unas seis horas hasta controlar todos los focos ígneos que se iban reproduciendo sin solución de continuidad.
En medio de la lucha contra el tiempo para salvar a don Luciano, se dieron con la negativa de este a abandonar lo que llama su “casa” hasta que lograron reducirlo y ponerlo a buen resguardo en el hospital Joaquín Castellanos.
Los bomberos descubrieron que, además de no contar con ningún servicio, Caliva presentaba una importante herida en una pierna. sin cicatrizar y visiblemente infeccionada.
Ya superada la emergencia, los vecinos contaron que don Luciano siempre vivió solo, no se conoció pareja y se sabe que tendría un hijo viviendo probablemente en Jujuy.
También relataron que de joven fue albañil y que es posible que viva actualmente de una pensión o jubilación.
Pero eso no les preocupa demasiado. Lo que sí mantiene en vilo al vecindario de calle Jujuy al 1400 es la cantidad impresionante de chatarra y cartón que Caliva fue acopiando en su lote, nadie sabe con qué fines.
Y recordaron, además, que durante las campañas de descacharrado organizadas desde la comuna para combatir el dengue, el cavilante y solitario vecino se negó a dejar a ingresar a los obreros de limpieza, amenazando incluso con quitarse la vida si le sacaban alguna de sus pertenencias.
Así, las cosas, los mismos vecinos elevaron hace un tiempo una nota a la Municipalidad para que tome cartas en el asunto, pero desde la comuna advirtieron que al ser una propiedad privada había que darle intervención a la Justicia.
En esos trámites se debatían los vecinos cuando el unes se desató el incendio.